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domingo, 30 de octubre de 2011

"Mission to Moscow", de Michael Curtiz


¿Una película de propaganda prosoviética (pro estalinista), que presenta con abierta simpatía la política de colectivización e industrialización seguida por el líder soviético, a éste como un estadista clarividente y comprometido con su pueblo y su estado, que justifica los procesos de Moscú y el pacto de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania de Hitler, así como la guerra contra Finlandia, culpando de ambas decisiones a la pasividad y complacencia con el fascismo de las potencias occidentales, que considera al estado soviético como un adalid de la paz mundial y de la seguridad colectiva? Pero, ¿se trata de una película rusa? ¿No la dirigió Michael Curtiz?

Pues sí: es una película, norteamericana, que (en 1943, claro) Michael Curtiz dirigió en el seno de su productora habitual, Warner Bros. Pictures. Está protagonizada por Walter Huston. El guión era de Howard Koch (que luego -¡y cómo no!- sería puesto en las listas negras, cuando la represión anticomunista en los Estados Unidos volviese a adquirir virulencia, tras la guerra). Y se basaba en el libro del mismo nombre escrito por el embajador Joseph E. Davies, acerca de sus experiencias en la Unión Soviética y durante los inicios de la guerra mundial.

Una rareza, sin duda. Un artefacto propagandístico, a través del que el gobierno norteamericano pretendía disolver los prejuicios anticomunistas de amplias capas de la sociedad norteamericana (ampliamente fomentados, sin embargo, con anterioridad por él mismo, así como por todos los poderes sociales del país), para dar cabida a su política de alianza con la Unión Soviética (y al apoyo económico y militar subsiguiente) en contra de las potencias del Eje.

(En el plano formal, la película apenas se sostiene en tanto que ficción: una buena parte de su metraje permanece afecto al género documental -imágenes sin personajes y voz over- o al docudrama -dramatizando escenas realmente ocurridas. La ficción, entonces, constituye tan sólo un -leve- corsé a través del cual las presentaciones documentales, y el discurso ideológico explícito al que las mismas pretenden apoyar, pueden ser mostradas al(a) espectador(a) habitual del cine clásico -de ficción- norteamericano.)

Conviene, hoy, volver a ver películas como esta para comprender mejor cómo interactúa la política (de poder) con los discursos ideológicos (y pretendidamente morales): cinco años después, Stalin y el régimen soviético empezaban a ser retratados como esa tiranía que la victoria ideológica del imperialismo norteamericano nos ha legado como visión hegemónica. Por los mismos que habían realizado -cuando interesaba- películas como esta: en 1951, la misma Warner Bros. Pictures producía I Was a Communist for the FBI (dirigida por Gordon Douglas)...


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