Vista superficialmente, esta película de Gordon Douglas no es más que otro ejemplo más de esa curiosa -aunque no infrecuente- especie de cruce de géneros: aquí, entre el melodrama y el género negro.
En efecto, a partir un tono narrativo característicamente impostado, en torno a los tópicos del género negro (la ciudad como jungla, la omnipresencia del mal, la dificultad para preservar la propia moralidad en tal entorno, etc.), la historia se desenvuelve, sin embargo, principalmente alrededor de los dilemas existenciales y morales (dotados de un tratamiento tendente al melodrama, bien que en tono menor) de los personajes, dilemas en los que los eventos criminales que ocurren sólo actúan como catalizadores; nunca -como ocurriría en una película estrictamente noir- como causas determinantes.
No obstante, más allá de la curiosidad de su naturaleza intergenérica, lo cierto es que en la película se ejecutan interesantes variaciones de naturaleza temática (fielmente servidas, aunque sin gran brillantez -que, por lo demás, nadie esperaba en una película de estas características industriales-, en lo formal por la realización de Gordon Douglas). En efecto, aparecen (y desaparecen, y reaparecen) temas como: el impacto de la guerra sobre los espíritus, la naturaleza moral profunda del ser humano, la relación de pareja como second best (frente al amor romántico), la impropiedad del maniqueísmo, las políticas penales (contundentes o compasivas) hacia los delincuentes ocasionales, la piedad, el abuso policial. Aunque, en todos los casos, tratados tan sólo a través de escuetas pinceladas (no otra cosa era dado esperar en una película de estas características), a través de anécdotas de la trama, resulta en este sentido bastante más interesante que -como se podía pensar- la enésima historia criminal cruzada con historia de amor.
Una sola objeción decisiva, sin embargo, en cuanto al tratamiento temático: el personaje del "villano" (Donald Buka) resulta de todo punto inconsistente con el resto del mismo, dado que funge de puro actante narrativo; pero presentado en todo momento en tonos francamente caricaturescos (no tanto por el estilo de la presentación, que preserva el tono realista común, sino por su conducta en tanto que personaje).
Véase, en todo caso, una interesante reseña, más amplia, de la película en: