Interesante análisis acerca del modo en el que el discurso policial (con sus presupuestos ideológicos y las relaciones de poder que implica) se infiltra subrepticiamente, con demasiada frecuencia, en el lenguaje y en el modo de motivar sus resoluciones de los tribunales de justicia. Y también de la manera en la que pueden, y deben, construirse narrativas alternativas de los hechos dados por probados, que contrarresten esa tendencia hacia una justicia penal "policializada".