Ando estos días precisamente enfrascado escribiendo una ponencia (para un seminario científico) sobre el fenómeno del llamado "populismo punitivo", y me topo con el homicidio y las lesiones cometidas ayer en Barcelona por un menor.
Y me encuentro -entre otras lindezas- con esta portada de hoy del diario EL PAÍS (que hubo un tiempo en que presumía de ser un diario liberal y progresista). Tan mendaz y tan manipuladora que no doy crédito: puesto que en España no existe ningún problema importante de violencia escolar, ni contra los profesores; dado que el número de homicidios cometidos por menores es próximo a cero (uno cada dos o tres años); y puesto que la simple sugerencia de que existe, más allá del desgraciado caso (completamente aislado), un problema político-criminal es propaganda reaccionaria de la peor especie.
Me pregunto cuánto tiempo más podemos seguir soportando una carencia tan clamorosa de ética profesional en los directores de nuestros medios de comunicación, en algunos de sus periodistas y en las empresas que patrocinan una estrategia de sensacionalismo a cualquier precio en los medios de comunicación pertenecientes a empresas privadas y en muchos públicos (controlados por el partido que gobierna en cada momento y lugar). Una estrategia suicida (a cambio de aumentar algo la audiencia y las ventas de periódicos algunos días, pierden definitivamente la escasa credibilidad que aún les queda), pero también enormemente dañina, para la democracia y para la calidad de las políticas públicas. Que no sé qué es peor: si es intencionada (para desviar la atención de otros problemas, estos sí verdaderamente graves, de nuestra sociedad), o si obedece tan sólo a pura y simple necedad y cortoplacismo.
