La grande bellezza resulta interesante porque (como, por lo demás, parece usual en el cine de Paolo Sorrentino) intenta combinar, de forma necesariamente irregular, pero sugestiva, dos formas muy distintas de narración audiovisual. De un lado, una historia intimista, la de un escritor envejecido (Toni Servillo), a la búsqueda del sentido de lo que ha sido su vacua existencia hasta ese momento (al modo, digamos, de Smultronstället -Fresas salvajes, Ingmar Bergman, 1957). Pero, de otro, al tiempo, el ácido, y espasmódico, retrato de un entorno social (aquél en el que se mueve Jep Gambardella) preñado de frivolidad aparente y, en el fondo, de fracaso y de desesperación.
Ambas narraciones evolucionan, y colisionan entre sí, una y otra vez: a escenas "espectaculares", en las que el director compone planos que parecen querer mostrar una visión alterada de la realidad (la propia de personajes que abusan del consumo de drogas y que, en general, hacen todo lo posible por eludir la necesidad de afrontar su realidad), les siguen escenas pausadas, de diálogo o monólogo, de paseo y de reflexión. Todo ello, ambientado en los espacios de la aristocracia -antigua y contemporánea- romana.
Lo que, al cabo, parece querer lograrse así es una visión caleidoscópica: en la que lo íntimo y lo colectivo pretenden entrelazarse también el plano audiovisual (y no sólo en el dramático). Aunque lo cierto es que, de hecho, la faceta intimista acaba predominando en la historia (por más que algunas escenas particularmente llamativas del aspecto "social" y espectacular puedan quedar, tal vez, más fijadas en la mente del/a espectador(a)). Pues, al final, esa "gran belleza", que Gambardella afirma haber estado buscando (y cuya evanescencia habría frustrado el pleno desarrollo de su vida), era -así lo muestra la película- algo que estaba ya desde un inicio en su vida más íntima: aquel amor, aquellos recuerdos, algunas escenas de su biografía que habían quedado arrumbadas...
Diré, en fin, que la historia de la película me deja bastante indiferente, pues no parece otra cosa que una melancólica escenificación de aquellos versos de John Lennon que decían algo un tanto banal ("Life is what happens to you/ While you're busy making other plans"). Más interesante me ha resultado, no obstante, ese ensayo (en cualquier caso, no del todo conseguido) de combinar formas narrativas disímiles para integrarlas en la obtención de un producto narrativo único y bifronte. Un camino -formal- a explorar.
