Tan sólo unas líneas para llamar la atención sobre esta pequeña película que, aunque protagonizada por Elvis Presley (y dirigida con su habitual aptitud técnica por Gordon Douglas), deriva inmediatamente hacia terrenos muy diferentes de los que uno asocia habitualmente al "cine con cantante", aun cuando de la servidumbre al star system conserve el tono cómico en el tratamiento del argumento y la amabilidad de los tonos visuales (de la luz y de los colores, en particular) con los que las imágenes están compuestas.
Mi recomendación obedece, ante todo (más que a la extraña deriva de una película protagonizada por Presley), al hecho de que el argumento verse en torno a los principales tópicos del ensueño libertario norteamericano: a la colonización como estilo de vida; a la colonización, a la conquista de territorios vírgenes, enfrentándose con denuedo a los obstáculos que la naturaleza interpone, pero también a las pretensiones de control que el estado (el Big Government de las pesadillas de la derecha norteamericana), a través de la burocracia, pretende interponer a la "libertad" (de iniciativa, de conquista) de los "emprendedores". Que han de luchar denodadamente para hacer valer sus derechos, para imponerlos. Aunque, al final, sea posible -así reza la profecía- lograr esa "felicidad" que la constitución estadounidense promete a todos (los emprendedores y colonizadores).
Todo ello, como digo, presentado en un contexto cómico e intencionadamente ligero, desdramatizado. Pero que, tal vez precisamente por ello, permite apreciar con más calma y detenimiento los delirios que atenazan a la ideología dominante en aquel país.
Aquí puede verse la película completa: