Clásico producto del cine fantástico norteamericano de los años cincuenta del siglo pasado, en torno a los miedos y avatares derivados del empleo de la energía atómica.
La película de Gordon Douglas destaca, acaso (dentro del estándar del subgénero: historias sencillas, presupuesto limitado, preeminencia de la verbalización del riesgo y del miedo sobre su visualización,...), por un estilo premeditadamente poco dramático y poco fantástico: aquí, el proceso de identificación, de búsqueda y de destrucción de las hormigas gigantes (aparecidas a causa de una mutación genética derivada de las pruebas de bombas atómicas en el desierto norteamericano) aparece presentado con un perfil bajo, más próximo al documental que a una narración de suspense o de inquietud (tonos más habituales en el cine fantástico). Todo aparece científico, razonable, positivista.. Sólo las palabras de los personajes pretenden -vanamente- introducir inquietud.
Véase un relevante análisis de la película aquí:
