Jean-Pierre Melville nos entrega aquí una película que parece ser -por su temática- una película de género negro. Pero que no lo es, en realidad, todavía (a diferencia de sus posteriores películas... que, en todo caso, nunca son solamente eso), sino algo bastante diferente.
"Bob le flâneur", podría también haberse titulado. Pues, en efecto, la película tiene más que ver con la descripción de las prácticas de gobierno del yo del dandismo que con la película criminal. Eso sí, un dandismo desarrollado en un contexto muy particular: el del lumpen criminal. Pese a todo, los temas que circulan por la película tienen que ver ante todo con esteticismo, con tragedia existencial, con la vida como una gran broma ridícula y cruel, con la carencia de sentido.
Sólo este subtexto explica el extraño tono, a caballo entre lo lírico y lo cómico (ciertas vetas de Federico Fellini -La strada, viene a mi mente- parecen haber quedado insertadas en la dramaturgia de esta película), que la narración adopta.
(Por lo demás, l@s amantes del París más canalla hallarán en la película espléndidas vedute del Pigalle y del Montmartre de hampones y prostitutas, buscavidas y barrios populares.)
Una excelente recensión, más analítica (pero en la misma línea), en Senses of Cinema.
