"La tolerancia, entérate bien, es sólo y siempre puramente nominal. no conozco un solo ejemplo o un solo caso de tolerancia real. y esto porque una 'tolerancia real' sería una contradicción en sus propios términos. El hecho de 'tolerar' a alguien es lo mismo que 'condenarle'. La tolerancia es incluso una forma más refinada de condena. En realidad al 'tolerado' -digamos que al negro que habíamos tomado como ejemplo- se le dice que haga lo que quiera, que tiene todo el dderecho del mundo a seguir su propia naturaleza, que su pertenencia a una minoría no signica para nada inferioridad, etcétera. Pero su 'diversidad' -o mejor, su 'culpa de ser diferente'- sigue siendo la misma tanto ante quien ha decidido tolerarla como ante quien ha decidido condenarla. Ninguna mayoría podrá eliminar jamás de su conciencia el sentimiento de la 'diversidad' de las minorías. La tendrá siempre presente eterna y fatalmente. Por consiguiente -es cierto- el negro podrá ser negro, es decir, podrá vivir libremente su propia diferencia, incluso fuera -es cierto- del 'gueto' físico, material, que en tiempos de represión le había sido asignado.
No obstante, la figura mental del gueto sobrevive inevitablemente. El negro será libre, podrá vivir nominalmente sin trabas su diferencia, etcétera; pero siempre estará dentro de un 'gueto mental', y ojo con salir de ahí.
Sólo puede salir de ahí si adopta la perspectiva y la mentalidad de quien vive fuera del gueto, o sea de la mayoría.
Ningún sentimiento suyo, ningún gesto, ninguna palabra suya puede estar 'teñida' de la experiencia particular que vive quien está encerrado idealmente dentro de los límites asignados a una minoría (el gueto mental). Debe renegar enteramente de sí, y fingir que la experiencia que lleva a sus espaldas es una experiencia normal, o sea, la mayoritaria."