X

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

lunes, 3 de octubre de 2022

Modelo 77 (Alberto Rodríguez, 2022)



Modelo 77
es una película de concepción clásica: una historia de personajes, de héroes, con los que se pretende que el/la espectador(a) se identifique, que narra sus aventuras y desventuras, su toma de conciencia, su compromiso, sus antagonismos, su amistad... y su triunfo final (triunfo relativo, al menos -personal, pero no político).

Nada, es cierto, que no hayamos visto -a estas alturas- una y otra vez.

Y, sin embargo, la película forma parte de una evidente oleada de rememoración histórica (y crítica), a través de la narrativa, de una época, la transición del franquismo al régimen constitucional actual, que es muy necesaria.

En este caso, además, rememorando un tiempo y un lugar particularmente pertinentes e interesantes (para mí, cuando menos): las cárceles españolas, y su transición (sin rupturas ni revisiones profundas). Las cárceles de los presos de la miseria y de los "peligrosos sociales" (pero también de los presos políticos, con su estatus diferenciado). De la reivindicación de una revisión total del sistema penitenciario y de una reconstrucción del mismo sobre bases garantistas y democráticas. De las protestas y movilizaciones de COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha).

Aquellas cárceles, bien miserables, gobernadas por un personal autoritario y maltratador. Con reclusos sin derechos. Sin control judicial. Sin legalidad, prácticamente.

Es cierto que Modelo 77 apenas profundiza en ninguno de estos aspectos, sino que se limita a repasarlos de un modo un tanto superficial, impresionista. Y, sin embargo, sí que es capaz, merced a este procedimiento, de construir un cuadro global, prácticamente omnicomprensivo, de situación. Y de sacar adelante, dentro de este cuadro, la narración de una historia de personajes, que es capaz en todo momento de mantener la atención.

En el trasfondo, de la narración y del cuadro descriptivo que muestra, lo que queda más patente es el hecho de que, en el ámbito penitenciario como en el resto del aparato del Estado, jamás hubo, en la transición, ninguna voluntad de ruptura, que nunca tuvo lugar; tan solo la intención de parchear las grietas más evidentes de la estructura (instalaciones cochambrosas, funcionarios sin control, torturas, ausencia de control judicial,...). Y que es esa estructura parcheada la que, con nuevos parches (si se quiere: con obras mucho más ambiciosas de reforma), hemos heredado nosotros/as hoy.

Así pues, Modelo 77 es una película que debería ser de visión obligatoria para todos/as aquellos/as que se interesen, por vocación o profesión, al espacio social ocupado por el sistema penal y sus dinámicas. Para recordar de dónde venimos, para explicar lo que somos. Educación en derechos humanos, pues (y a pesar de todas las limitaciones estéticas), en estado puro.




Más publicaciones: