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miércoles, 15 de septiembre de 2021

Per-Olof H. Wikström: Por qué se delinque: una teoría de la acción situacional


Traducción castellana (aparecida en el nº 17 -2017- de la Revista de Derecho Penal y Criminología) del capítulo que Per-Olof H. Wikström publicó en el volumen colectivo Analytical sociology: Actions and networks (Manzo, ed., Wiley, 2014), y que expone en detalle su teoría de la acción situacional como teoría explicativa de la aparición de conductas delictivas.

La teoría de la acción situacional pretende ser una explicación en el nivel micro-social, de las conductas individuales (o de pequeños grupos de individuos) que optan por infringir normas jurídico-penales y cometer delitos. Para elaborarla, Wikström propone -muy razonablemente- atender a una combinación de factores personales, ambientales generales y de la situación concreta. Sobre esa base, sería posible (al menos, esa es al pretensión de la teoría) predecir la probabilidad del surgimiento de conductas infractoras.

Sin duda alguna, la presentación de la teoría resulta razonable y convincente. Como siempre, sin embargo, el diablo está en los detalles: en el problema de la medición y cualificación de aquellos factores que la teoría predice que deben resultar significativos para identificar la probabilidad de infringir. Pues, en efecto, pasar de formulaciones teóricas generales a mediciones en casos particulares (o aun en grupos sociales concretos) resulta harto problemático.

Pese a todo, bienvenidas sean teorías que, como esta que hoy comento, intentan proporcionar explicaciones de los fenómenos delictivos en un nivel micro-social, atendiendo además a la complejidad de la constitución psicosocial del individuo humano, cuando decide si y cómo actuar: decisión que que se fundamenta siempre en una inestable combinación entre la capacidad para realizar juicios de valoración moral y de idoneidad instrumental sobre bases racionales, la incapacidad para que dichos juicios sean de una calidad óptima (a causa de las presencia de sesgos cognitivos de toda índole y de limitaciones en la información disponible) y la influencia decisiva de los estados emocionales del sujeto. Todo esto, que influye en todas las conductas humanas, desde luego también lo hace en el caso de las conductas infractoras, por lo que es importante disponer de marcos teóricos que permitan acoger, (intentar) medir y explicar (e intentar predecir) tal complejidad.

Desde luego, teorías de esta naturaleza no pueden, ni pretenden, explicar el fenómeno (macro-social) de la delincuencia, o de un determinado tipo de delincuencia, sino únicamente las decisiones criminales individuales. Pero ya es bastante con ello.


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