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jueves, 18 de abril de 2019

Elias Canetti: Masse und Macht


Quienes estamos interesados -y aun fascinados- por todo lo que las ciencias sociales tienen ya que enseñarnos (aun con todas sus actuales insuficiencias y enigmas) acerca de la condición humana y de la realidad social, estamos acostumbrad@s a sus protocolos de investigación, así como a la manera en la que sus teorías e hipótesis son formuladas. En prácticamente todos los casos, en efecto, el conocimiento científico del ser humano y de sus sociedades consiste, en esencia, en conjuntos de proposiciones acerca de la correlación (según los casos, más o menos fuerte -más o menos firmemente causal- y, también según los casos, de índole determinista, o bien meramente probabilística) entre fenómenos: entre violencia y posesión de armas, entre divorcios y bienestar económico, entre desigualdad social y políticas públicas, etc.

Para personas con este interés científico-social, una obra como Masse und Macht (de la que, imagino, hoy en día somos sus principales lector@s) constituye un auténtico aldabonazo: convulsiona nuestros esquemas preconcebidos y nos aproxima a un impreciso, pero fascinante, universo de posibilidades de conocimiento y de reflexión...

Primero, y ante todo, debido a la naturaleza mutante, bastarda, de la adscripción genérica del libro. Un ensayo que tiene por objeto un tema social (en suma, las formas que adopta la socialización humana y, en concreto, la sumisión de unos seres humanos a otros, sobre la base de los más primarios instintos de nuestra especie), que alberga ciertas pretensiones -algunos alardes, cuando menos- de cientificidad (cita de evidencias empíricas y de algunos estudios antropológicos e históricos). Pero que, al mismo tiempo, se aleja por completo de las formas propias del trabajo científico: la evidencia alegada es circunstancial, seleccionada intencionadamente para acreditar las (atrevidas) tesis que el ensayo propone; y las proposiciones que se contienen en él sin duda van más allá de cuanto la ciencia social es capaz de afirmar con fundamento bastante, porque se adentran en el terreno de la especulación y de lo indemostrable.

Y es que las largas reflexiones contenidas en Masse und Macht (¡en la edición que yo manejo, son cerca de setecientas páginas!) van, en efecto, mucho más allá de la usual indicación de correlaciones entre una primera clase de fenómenos (naturales o sociales) y otra segunda clase de fenómenos sociales. Por el contrario, lo que evidentemente Elias Canetti intenta es dar respuesta más bien a preguntas acerca de esencias: de la esencia de los impulsos innatos humanos; de la necesidad de nuestra especie de formar grupos y, dentro de los grupos, de dejarse arrastrar por su dinámica, y por la obediencia, y por los líderes.

Canetti nos presenta, así, a un ser humano que, en su esencia, sería un ser extremadamente dependiente de sus impulsos más instintivos: de agruparse, de seguir al grupo, de obedecer, de respetar al más fuerte y a quien sobrevive sobre todo y ante todo. En este marco, la cultura (y, por consiguiente, también los valores morales o estéticos) sería principalmente una forma, una vestimenta: la forma en la que aquellos instintos quedan revestidos, para presentarse más elegantemente, ante nosotr@s mismos, ante nuestros congéneres, evitando mostrar en toda su crudeza nuestra condición animal. Animales mucho más inteligentes que el resto, desde luego, pero también por ello más capaces de perseguir sus instintos (aquello que, al cabo, nos definiría esencialmente -y, por ende, nos determinaría) de maneras instrumentalmente eficaces (eficaces para sobrevivir, para satisfacer nuestro miedo y nuestra sumisión), pero inimaginablemente crueles e inicuas. Animales capaces de recubrir con formas simbólicas sofisticadas una conducta esencialmente instintiva.

Por supuesto, cabe poner en cuestión algunas de las tesis que se sostienen en Masse un Macht. En concreto, es posible dudar acerca del pasivo papel -meramente especular- que, en su modelo teórico, se atribuye a la cultura, sobredimensionando la importancia de las tendencias biológicamente innatas de la especie humana y desconociendo así la dinámica interacción que parece existir (según las evidencias científicas que psicólogos evolutivos y antropólogos han ido haciendo aflorar) entre propensiones genéticamente (=evolutivamente) predeterminadas e influjo de la transmisión cultural, en una suerte de co-evolución de ambos factores determinantes de las características y de la conducta de la especie.

Pese a ello, el/la lector(a) del ensayo no podrá dejar de sorprenderse , en más de una ocasión, sobrecogiéndose ante lo certero de tantas observaciones que en él aparecen acerca de instintos y propensiones que un@ observa en sí mism@ y a su alrededor. (No obstante, acaso aquí el masculino marcado sería más procedente, puesto que Masse und Macht parece hablar más del universo social de los varones que del de las mujeres...) Y es que, aunque de un modo impresionista, escasamente matizado y sin una fundamentación científicamente suficiente, no cabe ninguna duda -a mí, cuando menos, no me la cabe- de que la capacidad de observación y de elaboración teórica de Canetti permite que su obra penetre, de un modo extraordinariamente revelador, en características sin duda pertinentes de la especie humana. Que, luego, sea incapaz de explicarlas de un modo convincente (por falta de una base de conocimientos científicos cuantitativamente suficiente y suficientemente sólida) no quita para que el hecho mismo de apuntar con el dedo hacia ellas resulte desde luego perturbador, pero también de la máxima valía.


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