En este artículo (aparecido en el nº 71 -noviembre/ diciembre 2011- de la edición española de la New Left Review) se propone una interpretación más aguda y sugerente de lo que habitualmente, entre l@s "casandras" izquierdistas amantes de la palabrería, es descrito como "el triunfo del neoliberalismo". De hecho, como apunta W. Streeck, las cosas son más complicadas: básicamente, porque (como en otro lugar ya analicé), en un capitalismo globalizado, la acción política estatal (interna y externa) se halla siempre sumida en una contradicción irresoluble, necesariamente generadora de constantes y crecientes tensiones, entre las exigencias de la acumulación de capital y las de la búsqueda de legitimidad política (que haga posible la obediencia al Derecho y al gobierno, la extracción de impuestos, etc.). Por ello, señala Streeck, los estados desarrollados occidentales contemporáneos se han visto arrastrados (por la progresiva disminución de la rentabilidad del capital) a una enloquecida carrera en zigzag, pugnando a veces por avanzar en acumulación (a costa de reducir la participación del pueblo en la renta nacional y de poner en riesgo su legitimidad) y otras en igualdad (poniendo en peligro la acumulación y la rentabilidad). Contradiciéndose, corrigiéndose a sí mismos,... sin que pueda atisbarse una solución clara, en un sentido o en otro (dentro del sistema).
Un análisis, pues, bastante más matizado de lo usual, que permite identificar relaciones causales, evoluciones previsibles y oportunidades efectivas de acción. No se puede pedir más, a un análisis político.
