En este artículo, aparecido en el nº 239 (septiembre 2015) de Le Monde Diplomatique en español, se sintetizan las conclusiones del informe que acaba de publicar el Corporate Europe Observatory, acerca de la relación -más que íntima- entre las empresas y las instituciones de la Unión Europea, tanto en el plano estrictamente institucional (acceso privilegiado del gran capital a quienes -burócratas, principalmente- diseñan las políticas europeas) como en el personal (intercambio de personal entre grandes empresas y burocracia europeas).
Nada que no sepamos en teoría, pero que, cuando se le añaden los datos pertinentes (cómo se designan los comités que diseñan políticas y adoptan decisiones, quién accede a qué burócratas o comisari@s de la Comisión Europea, cómo se salta de un puesto a otro, etc.), cobra toda su visibilidad y toda su crudeza.