Deseo llamar la atención sobre esta pequeña película que Anatole Litvak dirigió en 1942 no por sus virtudes estéticas, que resultan extremadamente limitadas (se trata de un característico melodrama romántico con trasfondo bélico de la época, sobre la relación entre el personal movilizado y "quienes dejaban atrás"), sino por el hecho de que la particularidad de su trama y del mensaje propagandístico que pretende transmitir la vuelve un tanto especial.
En efecto, entre dimes y diretes de índole romántica entre los dos personajes protagonistas, el dilema moral de fondo que sobrevuela por toda la trama estriba en la cuestión del patriotismo popular, de su contenido y de sus límites: ¿debería, racionalmente, un individuo perteneciente a las clases dominadas y explotadas de cualquier sociedad (en la película, la sociedad burdamente clasista, con un sesgo pro aristocrático, de la Inglaterra de la época) comprometerse, por su propia voluntad autónoma, en defenderla frente a un enemigo externo? ¿O no debería más bien abstenerse de participar en una matanza en la que l@s ciudadan@s comunes y corrientes, quienes pertenecen al pueblo, sirven como mera carne de cañón para defender los intereses de las clases dominantes? Clive, el personaje protagonista de la película (Tyrone Power), que se dejó arrastrar por la propaganda nacionalista y patriotera y se alistó voluntario al comenzar la guerra, ahora, después de ver cómo funciona el ejército, como un reflejo fiel del clasismo generalizado de la sociedad inglesa, piensa que es ingenuo creer que la patria es algo más que un trampantojo ideológico, al servicio de la dominación.Y se niega a seguir colaborando, y deserta.
Como se comprobará, las cuestiones que se suscitan en la película son, en términos temáticos, de calado. Luego, la narración se acaba distrayendo y desviando, aquí y allá, por las vicisitudes del romance de l@s protagonistas, la huida de él, sus dudas,... Para acabar proclamando el mensaje propagandístico: que sí, que es preciso transformar de cabo a rabo la injusta sociedad inglesa (a lo que -anuncia el conciliador discurso- contribuirán también los miembros de las clases dominantes que sean capaces de superar sus prejuicios y hermanarse en un pueblo común, en justicia y fraternidad, con las clases populares). Pero que, para ello, para poder reformar la sociedad injusta, previamente hay que acabar con una amenaza aún mayor que el clasismo: la amenaza de la dominación extranjera (y fascista... aunque sobre los términos ideológicos de la amenaza alemana la película no abunde).
Pero, con independencia de que este mensaje vago y pactante no pueda convencer, no dejamos de estar ante un ejemplo muy peculiar del cine de propaganda de la segunda guerra mundial, que aborda cuestiones espinosas, rara vez tratadas en la época en el cine comercial. Sólo por ello (pues, por lo demás, se trata de un melodrama convencional, apenas relevante), merece esta película una revisión.
La película puede verse completa aquí:
