Aunque pueda dolernos (y, a l@s izquierdistas recalcitrantes, nos duele, desde luego), creo que no podemos, ni debemos, ignorar las verdades del barquero, sobre el respaldo verdadero que tienen nuestras ideas y propuestas en las sociedades europeas. Por ello, creo imprescindible leer este lúcido análisis (con todos los matices y salvedades que se le puedan hacer), para no caer en la tentación de hacer, como tantas veces, wishful thinking "revolucionario", en vez de auténtica política: