Di No a
las Identificaciones
Desde la Plataforma por la Desobediencia Civil, que agrupa a colectivos y personas
preocupadas por el aumento de la represión llamada de “baja intensidad”,
queremos manifestar que:
- Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana 1/1992 (“Ley Corcuera”), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pueden, en teoría, pedir la documentación a cualquier persona que se sospeche que pueda estar cometiendo un delito.
- Con mucha frecuencia se requiere la
identificación a personas en función de su color de piel o de su aspecto.
Estas identificaciones son, por tanto, arbitrarias, y constituyen
auténticas persecuciones racistas y políticas sobre
personas que se reúnen, se manifiestan o simplemente transitan las calles
de esta ciudad.
- Paradójicamente, suele ocurrir que quien
identifica no va correctamente identificado (lo que supone un
incumplimiento reiterado de la Instrucción 13/2007 del Ministerio del
Interior), actuando en el anonimato, lo cual redunda en la impunidad de
sus acciones y en la indefensión de quien es requerida/o a entregar su
documentación.
- Desde la llegada de Cristina Cifuentes a la
Delegación del Gobierno de Madrid, e iniciado ya un ciclo de
movilizaciones masivas a partir del 15M de 2011, se ha
incrementado la vía represiva de carácter económico mediante un
aumento considerable de las sanciones a las personas
identificadas aleatoriamente en las movilizaciones sociales, lo que supone
de hecho una restricción importante al ejercicio de derechos
fundamentales.
- Dichas sanciones suponen para muchas de las
personas sancionadas un grave problema económico (246.000€ de
recaudación, desde el 15 de mayo de 2011 hasta hoy), en el contexto de una
ya de por sí grave situación económica.
- Este sistema de sanciones indiscriminadas,
injustas e ilegales, convierte a cualquier persona en víctima potencial de
lo que llamamos “buro-represión” o represión “de baja intensidad”,
que individualiza el sufrimiento de quien las recibe y
que queda en la mayoría de los casos invisibilizada, en la casilla del
buzón de cada persona sancionada.
- Sabemos que el objetivo de esta represión
es desincentivar la protesta social, desmovilizar a la
ciudadanía, precarizar a personas ya muy precarizadas, focalizar las
energías transformadoras en el trabajo antirrepresivo y generar un clima
de miedo que desarticule la respuesta en las calles a sus políticas
criminales. En una vuelta de tuerca más, el Estado recauda a costa de
saquear a una ciudadanía a la que lleva tiempo exprimiendo a través de
unos recortes cada día más salvajes e inmorales.
- Entendemos que la vía represiva forma
parte de la lógica sistémica en la que se articula el
capitalismo: la incertidumbre sobre el futuro, a la que se añaden la
violencia económica y el miedo, y pretende generar un escenario de
sumisión en el que cualquier disidente sabe a qué puede atenerse:
detenciones injustificadas, sanciones arbitrarias, lesiones
desmovilizadoras… son algunos de los mecanismos por los que se opera la
falsa pacificación de nuestras sociedades.
- Sabemos también que somos muchas las personas que
nos indignamos desde hace tiempo ante estas identificaciones arbitrarias,
injustas, desproporcionadas y, en muchos casos, ilegales; las
que nos negamos a continuar asumiendo el pago de multas, los pasos por
comisaría, juzgados de guardia o prisión, golpes, insultos y demás
agravios que sufrimos por el mero hecho de ejercer nuestro derecho a
defendernos ante las intolerables medidas que nos asfixian; y nos
solidarizamos enérgicamente con quienes sufren estos atropellos, estas
injusticias.
Por todo lo anterior, hemos tomado la
decisión de no retroceder, de enfrentamos al miedo colectivamente,
en las calles, desde el apoyo mutuo y a través de un arma poderosa: la desobediencia
civil. Entendemos que, en un escenario de acuciante conflicto entre
legalidad y legitimidad, es un deber necesario y urgente plantearnos
desobedecer las leyes injustas y las prácticas arbitrarias de quienes dicen
defenderlas. Porque, frente a la lógica individualizante, debemos entender que
ante los ataques colectivos solo caben respuestas colectivas; porque con cada
persona sancionada, nos están sancionando a todas. Si la ley hace posible la
trampa a gran escala, seremos muchas quienes nos neguemos a acatarla.
Te pedimos que firmes contra la
represión que ejercen contra
quienes diariamente nos encontramos en las calles para resistir colectivamente
ante la constante agresión contra nuestras vidas, contra las del 99% del
planeta.
STOP REPRESIÓN