En este artículo, publicado en el nº 191 (septiembre 2011) de Le Monde Diplomatique en español, se apunta (muy certeramente, a mi entender) la sinrazón, tanto teórica como política, de la gran parte de los llamados "estudios sobre terrorismo" contemporáneos.
Estudios que, a partir de una base teórica dudosa (más apoyada en estereotipos que en una investigación que pueda ser calificada de científica, en cualquier sentido riguroso del término), sirven ante todo para alimentar los discursos (ideológicos) de justificación de las políticas antiterroristas llevadas a cabo por los estados. Pero que, por el contrario, poco sirven para conocer mejor los fenómenos -así, en plural- de lucha armada con finalidades políticas.
Estudios que, a partir de una base teórica dudosa (más apoyada en estereotipos que en una investigación que pueda ser calificada de científica, en cualquier sentido riguroso del término), sirven ante todo para alimentar los discursos (ideológicos) de justificación de las políticas antiterroristas llevadas a cabo por los estados. Pero que, por el contrario, poco sirven para conocer mejor los fenómenos -así, en plural- de lucha armada con finalidades políticas.
Compartiendo el diagnóstico del autor, creo, entonces, que hay que reclamar espacio para unos "estudios críticos sobre la lucha armada", imprescindibles para conocer y discutir el fenómeno, en todos sus términos (sociológicos y criminológicos, pero también morales y políticos).