En el nº 114 (enero 2011) de la revista Viento Sur aparece este artículo, elaborado en el contexto de los debates sobre laicidad en seno del Nouveau Parti Anticapitaliste francés. (Disponible libremente online únicamente en francés.) En él puede encontrarse una visión feminista abierta, sensible a la diversidad cultural y a los riesgos del racismo, en relación con debates que con demasiada frecuencia atenazan a la izquierda y la alían con muy falsos amigos (que, cuando se trata de atacar los derechos de las personas migrantes o de promover el intervencionismo imperialista en los países del Sur, se vuelven sospechosamente "progresistas").
En particular, creo que es atinada una observación que contiene: no podemos extrapolar las críticas que hacemos -y debemos seguir haciendo- a la represión de los derechos de las mujeres en lugares en los que los movimentos islámicos fundamentalistas tienen un poder evidente, y trasladarlas sin más a situaciones, tan diferentes, como las que soportan la mayoría de las mujeres y hombres musulmanes en los países occidentales. Aquí, el argumento aparentemente feminista se vuelve un argumento en favor de más represión, de más discriminación y de más restricción de sus derechos humanos por parte del Estado, que ya les mantiene en la opresión y en la explotación más inmundas: se trata, pues, tan sólo de otorgar una coartada moralista a prácticas de opresión y de explotación. En nada ayudan, en cambio, a los derechos de las mujeres musulmanas, que han de defenderse de otro modo distinto: educando, empoderado, aliándose,... reconociéndoles también -¡y a los varones musulmanes migrantes!- derechos de ciudadanía.