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sábado, 15 de enero de 2011

Susan Buck-Morss: Pensar tras el terror


En este libro (Antonio Machado Libros, Madrid, 2010) Susan Buck-Morss intenta examinar, a la luz de la teoría crítica, la situación del pensamiento político en el contexto de la "guerra contra el terror" desatada por el gobierno norteamericano, en reacción (o con la excusa) de los ataques "terroristas", así como las posibilidades de construir un pensamiento de izquierdas adecuado a este nuevo marco global.

Aun cuando el libro resulta, a mi entender, algo superficial en su análisis y en sus propuestas, es posible, no obstante, extraer del mismo alguna idea de interés. En concreto, las siguientes (de menos a más interesantes):

- Ya no es válido el viejo lema de la izquierda de los años ochenta "piensa globalmente, actúa localmente". Hoy, por el contrario, la izquierda debe no sólo pensar globalmente, sino que debe actuar de un modo también global.

- Es preciso articular discursos que resulten válidos para una esfera pública global (desde luego, aún in nuce). No resulta aceptable, pues, seguir generando discursos políticos "provincianos". Esto significa, entre otras cosas, entrar en debate con otras concepciones del mundo, procedentes de otras culturas (por ejemplo: la islámica).

(Sobre la diversidad y relevancia del pensamiento político islámico hace Buck-Morss algunas observaciones muy pertinentes, aun cuando, de nuevo, superficiales. En todo caso, hallar un análisis no etnocéntrico de la cuestión resulta particularmente refrescante, dados los tiempos que corren.)

- Por fin, a resultas de todo lo anterior, la conclusión -que yo extraigo de sus ideas- es que no existe ya un "afuera" de la comunidad política global (del -por decirlo en los términos de Michal Hardt y Antonio Negri- "Imperio"): todos, amigos y enemigos, habitantes de marcos culturales diferentes, compartimos de hecho una misma comunidad política global. Y ello, no por razones normativas (aquí estriba la diferencia con el utópico universalismo liberal), sino por razones fácticas: esto es, no (necesariamente) como algo bueno, deseable, sino como una realidad con la que hemos de convivier, para bien o para mal (seguramente, para bien y para mal).

(De nuevo, esta última idea posee particular pertinencia para abordar cuestiones como -por ejemplo, la más relevante a mis efectos- la del "terrorismo". En efecto, si no existe un "afuera", entonces, todo acto de "terrorismo", también de "terrorismo internacional", se convierte en un acto de guerra civil -cuando menos, potencial. Lo que, sin duda, altera el marco conceptual en el que los debates normativos acerca del tratamiento -jurídico-penal o por otros medios- del fenómeno han de tener lugar.)



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