Ejemplo prototípico del cine liberal norteamericano de la época (1950), se trata de una denuncia (suave) del racismo y de la intolerancia y del fanatismo a que ambas pueden dar lugar. Sin embargo, como buen cine liberal, carece de análisis sociopolítico creíble (en esto no se diferencia de They won't forget -Mervyn LeRoy-, de Fury -Fritz Lang-, de The Ox-Bow incident -William A. Wellman- o de The chase -Arthur Penn-): parecería, en efecto, que hallásemos principalmente ante un problema de "psicopatología de las masas" (ese fantasma pseudocientífico de la "psicología" de finales del siglo XIX y comienzos del XX: Joanna Bourke -Fear: A Cultural History- ha escrito páginas muy interesantes describiéndolo), más que -como en realidad ocurre- ante una estructura social injusta y con relaciones de dominación que favorece ese tipo de reacciones.