Escrito en 2004, este libro (Hiru, Hondarribia, 2008) es un análisis global de las políticas antiterroristas promovidas por los Estados Unidos, y seguidas luego por la O.N.U. y por la mayor parte de los estados del mundo (incluidos los europeos), a partir del 11 de septiembre de 2001.
En todo caso, lo relevante del libro es su intento de fundamentar la tesis de que las políticas antiterroristas, antes que respuesta racional (instrumental) a la "amenaza" constituida por los grupos armados realmente existentes, constituyen más bien (funcionalmente, al menos: falta en realidad en el libro -y ello es un grave defecto de buena parte de la teoría política de izquierdas, incluyendo a la marxista- una explicación de los mecanismos causales a través de los que llegaría a producirse dicho efecto funcional) una puesta en práctica de acciones políticas de naturaleza verdaderamente constituyente, que transformarían en buena medida las características políticas (vale decir: de la distribución del poder) de los sistemas políticos demoliberales de raíz occidental.
En mi opinión, es difícil concordar con su tesis como diagnóstico global, por resultar excesivamente unilateral (la situación política real resulta mucho más ambigua que la temida "dictadura soberana" que anuncia) en sus afirmaciones y -como ya he apuntado- excesivamente funcionalista en sus explicaciones. En todo caso, es interesante la particular atención (que no siempre existe) a las funciones políticas reales que las estrategias antiterroristas cumplen.
