http://economistasfrentealacrisis.wordpress.com/2014/10/01/en-el-pais-de-podemos/
Si la política es algo más que palabrería y propaganda, si las izquierdas tienen de verdad vocación de gobernar y de transformar la realidad, tienen que estar dispuestas a someter sus propuestas (y acciones de gobierno, cuando las haya) a una evaluación racional. Porque ni las buenas intenciones ni el wishful thinking deben valer, en una praxis política verdaderamente democrática: una que no sólo se llene la boca con la palabra "pueblo", sino que se tome realmente a l@s ciudadan@s como sujetos racionales, capaces de evaluar las distintas alternativas y las razones a favor y en contra de cada una de ellas; y de adoptar luego, a la vista de los costes y de los beneficios de cada alternativa, un voto en favor de la mejor (o de la menos mala).
La evaluación racional (científica, en la medida de lo posible) es, pues, importante. (Aunque, desgraciadamente, lo cierto es que los partidos y movimientos políticos de izquierdas casi siempre la rehuyan, temerosos de que la realidad les arruine sus bonitos discursos. ¿Tal vez porque no se creen que vayan a tener que gobernar algún día, y que aplicar las medidas que proponen?)
Pero hay una desgracia más, ésta atinente a la actitud de l@s "expert@s". Y es que no sólo ocurre que, en ciencias sociales, resulta imposible deslindar por completo en el análisis lo descriptivo y lo valorativo. Es que, además, con demasiada frecuencia, quienes hablan están completamente cegados por sus prejuicios ideológicos, o bien directamente al servicio -lo confiesen o no- de intereses muy determinados, por lo que, además de sus (inevitables) compromisos ideológicos de partida, tienen una preocupante tendencia a manipular los datos y a mentir, confiando en la ignorancia de la mayoría de los ciudadan@s sobre cuestiones técnicas.
Si alguien necesita ejemplos prácticos de todo lo que acabo de exponer en términos abstractos (de wishful thinking y de alergia a la evaluación racional por parte de la izquierda, de expert@s -economistas- que se dicen objetivos y que, en realidad, hablan al dictado de los intereses del gran capital,..), los hallará palmarios en el debate que está transcurriendo en los medios de comunicación españoles en estos meses acerca de la viabilidad y efectos previsibles de las propuestas de política económica de PODEMOS (y, en general, de la izquierda española, ya que aquel partido no es particularmente original en este aspecto).
Es por ello por lo que resulta agradable leer una evaluación sensata, como la que aquí enlazo, que está fundamentada técnicamente (tanto en el plano estrictamente económico como en el jurídico y en el político) y que no resulta sesgada por una animadversión de partida.
Las conclusiones del análisis son, me parece, muy razonables: el programa económico de la izquierda española es de una "viabilidad técnica moderada" (expresión algo eufemística), pero generará "resistencias políticas agudas". (Y yo añadiría, además, que es muy poco ambicioso en cuanto a su alcance: en su alcance político, puesto que no propone reformas estructurales importantes que redistribuyan la riqueza o el poder; pero también en su alcance estrictamente económico, ya que carece prácticamente de un modelo económico-productivo alternativo al actual.)
Lo repito: si yo liderase -que no lidero- a la izquierda española, textos como éste me darían mucho que pensar, y que cambiar, en mi discurso y en mis estrategias.