¿Pretende ser Kynodontas, como pudiera parecer, una parábola? ¿O, por el contrario (lo que resultaría, desde luego, más inquietante), es tan sólo una fábula más? Otro mundo posible es mostrado. Pero se trata de otro mundo que, en realidad, solamente en su nombrar parece ser algo diferente del nuestro, mas no en lo demás.
Se muestra, entonces, a través de técnicas estéticas de distanciamiento, el proceso de subjetivación de los seres humanos por parte del poder. Se nuestra también que, sin embargo, existe siempre, inexorable, un excedente de deseo (enloquecido, casi siempre), que el poder, cualquier poder, no es capaz de reducir dicho excedente. Que es, por ello, precario, lo que explica su perpetua ansiedad.
(Uno puede recordar muchas historias similares en su sustancia –la familia como mecanismo de poder, a veces de opresión, así como muchas películas con similar tono áspero. Pero no es fácil hallar antecedentes de su distanciamiento narrativo, de su asepsia descriptiva, de su carencia de aspavientos estéticos)
¿No es, entonces, Kynodontas antes que nada una descripción (narrativa) de lo real?
