Como es sabido, la idea misma de la metafísica como un saber merecedor de alguna atención ha estado, a lo largo de buena parte del siglo XX, bajo intenso ataque: aunque por razones diferentes, tanto la tradición procedente del positivismo lógico como la derivada de la tradición fenomenológica europeo-continental confluyeron en la afirmación de que la metafísica no era un conocimiento digno de tal nombre; y que, por consiguiente, debía ser arrumbada (o, cuando menos, radicalmente reformada) como un resto del pasado, ya inútil.
Esta actitud hipercrítica, sin embargo, se ha ido suavizando con el paso de los años, especialmente en la primera de las dos mencionadas tradiciones filosóficas, la analítica. En efecto, la creciente vinculación entre reflexión filosófica y conocimiento científico, característica de esta tradición, ha forzado a los/as filósofos/as a reconocer que, contra lo que esperaban los primeros positivistas lógicos, no todos los problemas que se suscitan a la hora de fundamentar el conocimiento científico son de naturaleza epistemológica, lingüística o metodológica, sino que, por el contrario, hay otros muchos que tienen que ver con la forma en la que se categoriza la realidad que la ciencia pretende describir, explicar e interpretar. De este modo, dentro de la tradición analítica ya desde mediados del pasado siglo se han ido desarrollando (de una manera, además, crecientemente intensa) líneas de reflexión dirigidas a proponer categorías conceptuales que permitan estructurar teóricamente la realidad (los entes, las propiedades de los mismos, las relaciones entre ellos, su inserción en el espacio-tiempo, etc.) de una manera coherente, que permita luego hacerla objeto de la investigación científica.
El libro que hoy comento y recomiendo (Routledge, 2009) constituye un excelente compendio de toda esta evolución y de su estado actual. En efecto, en poco más de seiscientas páginas se hace una presentación básica, pero tremendamente completa, de prácticamente todas las cuestiones que se vienen discutiendo en la metafísica contemporánea de raíz analítica. Con un ánimo de exhaustividad y de equilibrio tremendamente valiosos: cada trabajo del volumen, todos ellos breves, presenta con encomiable imparcialidad prácticamente todas las opiniones importantes sobre el tema tratado, de manera muy comprensible; y con una remisión a las obras originales, para los/as lectores/as que estén interesados/as en profundizar.
Así, aunque he leído bastantes introducciones y obras generales contemporáneas a la metafísica, tengo para mí que es esta la que recomendaría a cualquiera que haya hecho ya alguna lectura en la materia y ahora quiera hacerse una idea global de su estado actual.
