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| Robert Rauschenberg: This Is a Portrait of Iris Clert If I Say So (1961) |
Este artículo me ha parecido particularmente intrigante y sugestivo y, por ello, recomiendo leerlo y reflexionar en torno a él. El autor parte del hecho de que el discurso acerca de la decadencia cultural ha ido perdiendo influencia en la cultura y la opinión pública occidentales contemporáneas (a diferencia de lo que vino ocurriendo desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX), a pesar de las más diversas crisis económicas, sociales, políticas y culturales que nuestras sociedades continúan, no obstante, experimentando.
Su hipótesis (construida a partir del ejemplo de la evolución contemporánea de la artes plásticas) es que, si la idea de decadencia cultural tiene que ver con el hecho de que en una determinada sociedad deje de existir una comunidad de cultura y de creencias (de formas de interpretar y de insertarse en el mundo, en suma), de manera que desaparecen los modos comunes de atribución de sentido, entonces la era de la posmodernidad habría enfrentado este desafío, nunca más presente que ahora (desprestigio de los grandes relatos, individualismo, diversidad cultural, etc.) a través de estrategias novedosas de afrontamiento: mediante la retirada al "lenguaje privado" (a manifestaciones culturales hondamente individuales, incomunicables); mediante el cultivo de la apariencia (si el contenido es irrepresentable, sustitúyase por un determinado modo de presentación pública -publicitaria); y, sobre todo, mediante la conversión del precio en el mercado en el principal mecanismo para comunicar el valor -valor de cambio- de aquello que no posee un valor (valor de uso) objetivo que resulte generalmente generalmente aceptable para todos/as.
De este modo, la progresiva mercantilización de espacios de la vida no sería únicamente -aunque también lo sea- una táctica oportunista por parte del capital (de ampliación de los espacios sociales en los que se puede obtener beneficio económico), o una práctica de poder (sujetando a la disciplina de los mercados categorías de interacciones sociales tradicionalmente guiadas por otros criterios de acción): constituiría además, en términos culturales, una respuesta (posmoderna, neoliberal) a la disolución de la comunidad y al creciente desencantamiento del mundo social; otorgando, a través de la interacción de oferta y demanda, un significado comúnmente compartido (acaso el único posible, en nuestras sociedades) a lo que en otro caso carecería por completo de cualquier sentido que no fuese puramente individual (y, por ende, incomunicable).
Yo no sé si estoy de acuerdo con esta interpretación. Pero, desde luego, sí que me ha hecho pensar... 😔
