Interesante por venir de quien viene: entre repeticiones de la doctrina oficial del P.P. y loas a su líder la Presidenta del P.P. del País Vasco viene a reconocer, no obstante, lo obvio. Que, de entre las muchas irresponsabilidades que ha cometido este Presidente del Gobierno, una de las más grandes ha sido, sin duda alguna, no atreverse a intervenir en el proceso de paz que se está desarrollando en Euskadi. Dejar, pues, el proceso falto de diálogo, de interlocución de dirección, de medidas políticas (tan necesarias). Con el obvio y gravísimo riesgo de que el proceso encallara, fracasase. No lo ha hecho aún, por las circunstancias, por la suerte y por la actividad de otros agentes políticos y sociales. No, desde luego, por parte de quien tenía la máxima obligación de solucionar un conflicto (y no limitarse a utilizarlo demagógicamente, para ganar votos, o para intentar no perderlos).
Porque el Derecho no puede, ni debe, ser suficiente para cerrar bien un conflicto social y político. Algo que tod@s saben, aunque algun@s (la mayoría por intereses propios, algun@s por prejuicios) prefieran no admitirlo. No es poca cosa que dentro del P.P. empiecen a oírse voces así.
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