"La inmoralidad profesional del historiador consiste en su imposibilidad de suspirar por la inexistencia de cualquier cosa que existió.
Ser historiador es sentirse incapaz de anhelar ver borrador de la historia aun lo que condenamos.
El historiador se sabe cómplice del mal, porque sin él carecería de tema."
Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito 1