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jueves, 6 de diciembre de 2012

Columba Peoples/ Nick Vaughan-Williams: Critical Security Studies. An Introduction


Este libro (Routledge, London, 2010) constituye una excelente forma de aproximarse a los desarrollos contemporáneos que, en el ámbito de la ciencia política, se están produciendo en el estudio de los fenómenos de la seguridad y de la inseguridad, y de las políticas que se diseñan (pretendidamente) para afrontarlas.

Mientras que el enfoque tradicional de los estudios acerca de la seguridad (y de las relaciones internacionales) presuponía un concepto esencialista de seguridad (de hecho, el fijado imperativamente por las élites dirigentes de los estados y de la comunidad internacional) y de los intereses que estaban en juego, un protagonismo excluyente de los estados y de sus élites y una concepción no constructivista de las dinámicas políticas actuantes, el nuevo enfoque, "crítico", ha puesto en cuestión cada uno de estos presupuestos.

De este modo, vienen a ponerse de manifiesto varios hechos:

1º) En el plano descriptivo, que en absoluto resulta evidente qué es lo que merece la consideración de "problema de (in)seguridad" y qué no lo merece. Antes al contrario, la seguridad y la inseguridad son constructos culturales. Y, en tanto que tales, son elaborados (y reelaborados) en el contexto de la interacción social (sociopolítica): vale decir, en el marco del conflicto de poderes sociales.

2º) Que, en el plano prescriptivo, parece claro que el concepto político-militar de seguridad ("seguridad del Estado") se queda extremadamente corto, desde el punto de vista de lo que puede ser un concepto moralmente justificado de seguridad, merecedor de una acción política orientada a proteger tal estado de cosas. Por contra, sólo una ampliación significativa del ámbito de los problemas considerados, para incorporar cuestiones de derechos humanos, de género, medioambientales, de justicia global, etc. ("seguridad humana"), puede resultar normativamente aceptable.

3º) Que la identificación de un determinado asunto como un "problema de seguridad" no es algo dado, ni evidente, sino que resulta de una construcción. Y, en tanto que tal, está sujeta a dinámicas políticas: en concreto, a dinámicas que lo convierten en un asunto que deberá ser tratado como "excepcional".

4º) Que, en fin, como agentes de las políticas y dinámicas en torno a la seguridad no pueden ser vistos tan sólo los estados, las organizaciones internacionales, sus líderes y sus agentes (o, a lo sumo, en la concepción tradicional de la seguridad, las élites -económicas, culturales- que rodean a líderes y agentes). Por el contrario, hay que partir de la base de que tanto en la definición de los problemas como en la construcción de las políticas, en su puesta en práctica y en la resistencia a las mismas, todos los agentes sociales (aunque, desde luego, unos más que otros -y, sobre todo, unos con más poder que otros) participarán con algún papel. Y que ello ha de ser tomado en consideración.

Sobre la base de los presupuestos anteriores, muchos asuntos políticamente relevantes pueden ser -y, de hecho, lo están siendo- enfocados y estudiados de un modo innovador, que aporte nuevas luces a su comprensión. Entre ellos (y en lo que aquí interesa más), todos los relativos al diseño de las políticas estatales y supraestatales de seguridad, interna y externa (¿pero es que sigue habiendo una distinción clara entre ambas, o alguna vez la hubo en realidad?): migraciones, "terrorismo", delincuencia organizada, etc.

Por supuesto, el libro que comento no permite hacerse cargo de toda la extensión y profundidad de los estudios desarrollados en el marco del nuevo paradigma metodológico de los "estudios críticos acerca de la seguridad". Pero sí que hace posible iniciarse en sus principales puntos de partida, líneas de investigación y resultados. Y hallar una lista apreciable de bibliografía complementaria, para quien esté dispuesto a ampliar su conocimiento de la materia.


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