El suceso
Detrás del olvidado escaparate
con exvotos de cera o pálidas muñecas,
un niño,
pegado a su nariz,
me hizo muecas crueles.
Yo me acerqué con los secretos guantes
del asesino-está-entre-nosotros
y le ofrecí un bombón envenenado.
Pero el niño dio gritos de horrorosa inocencia
y acudieron vecinos con enormes mangueras,
guardias municipales con el santo del día
en procesión solemne.
Y fui decapitado.
José Ángel Valente