Acaso el amor (en el más romántico sentido del término) no sea sino una búsqueda sin fin, necesariamente insatisfactoria, necesariamente fracasada, si se valora desde la perspectiva de sus resultados (al cabo, siempre una derrota). Y no, como acaso se debería, por el valor del camino mismo, de la búsqueda que constituye.
En La naissance de l'amour, Philippe Garrel parece pretender aproximarse a esta realidad, de la búsqueda, de la insatisfacción. La ansiedad y la melancolía parecen acotar su mirada, sobre esos amantes en perpetua insatisfacción y en perpetua búsqueda.
Como espectador, dos objeciones, empero, he de hacer a su mirada. Primero, su carácter eminentemente -casi exclusivamente- masculino, dado que las mujeres aparecen más bien como receptoras del amor, como espejos en los que el amor masculino se ve reflejado. (¿Es otra la forma de amar de las mujeres?)
Y, en segundo lugar, acaso una cierta complacencia, una cierta carencia de profundidad en el examen de esa búsqueda y de esa insatisfacción: acaso, la mirada exageradamente melancólica, exageradamente empática con los sentimientos de los protagonistas, ciega las revelaciones, que acerca de la conexión entre la búsqueda amorosa y el sentido global de la existencia, se atisba en esa enconada actitud masculina de buscar el amor romántico a toda costa.