Gordon Douglas es un director de filmografía amplísima, que tocó prácticamente todos los géneros, con resultados ampliamente irregulares. En este sentido, Rio Conchos resulta ser una de sus obras más redondas (sin serlo del todo).
Se trata, en efecto, de un western que, ambientado en la frontera entre los Estados Unidos y México, aborda temas de venganza, de lealtad y de humanidad. Y que lo hace acogiéndose a una cierta (aunque limitada, desde luego) retórica de la dureza: personajes negativos, contradictorios y aquejados por sus pasiones; fisicidad muy patente de los paisajes; muerte, tragedia, torturas, sangre, violencia, crueldad.
Precisamente, el encanto de la película estriba en la contraposición de fondo y forma: temas caros al pensamiento humanista, empapados de un hálito de tragedia, se presentan bajo formas (actores, interpretaciones, paisajes, atrezzo) ostensiblemente recias. Pretendiendo -también claramente- presentar el mensaje (humanista) de que también entre los bárbaros cabe la humanitas.
Precisamente, el encanto de la película estriba en la contraposición de fondo y forma: temas caros al pensamiento humanista, empapados de un hálito de tragedia, se presentan bajo formas (actores, interpretaciones, paisajes, atrezzo) ostensiblemente recias. Pretendiendo -también claramente- presentar el mensaje (humanista) de que también entre los bárbaros cabe la humanitas.
Estamos, pues, ante un western algo diferente de lo común en la época, tal vez más valioso como antecedente de toda una línea de evolución del género (el western sucio) presente tanto en el cine norteamericano -Sam Peckinpah- como, prominentemente, en el eurowestern, a partir de finales de los años sesenta y durante todos los años setenta.
En sí misma considerada, es una película que se ve con agrado por su sequedad y por los temas que aborda. La realización, por su parte, es correcta (como siempre en Douglas y, más en general, en el cine norteamericano de la época), aun cuando no particularmente reseñable (lo cual no resulta necesariamente un defecto).