Leo en el diario jurídico La Ley de hoy un artículo de Vicente Magro Servet (La derogación de las faltas del Código Penal: nuevas vías para luchar contra la «delincuencia menor»), que propone -en síntesis- que buena parte de las faltas del Libro III del Código Penal sean convertidas en delito (y castigadas, consiguientemente, con penas -de prisión, se sobreentiende en su argumentación). El argumento, claro está, es el de la "alarma social" (que a él y a otr@s como él parece que les causa) de conductas tan "preocupantes" como llevar animales sueltos, las desobediencias leves a la autoridad o el deslucimiento de edificios públicos (obviamente, los casos, que también menciona, de las lesiones leves y del homicidio imprudente son cualitativamente distintos); argumento al que une -falazmente- el de la ineficacia de la persecución de las faltas en nuestro sistema penal. Falazmente, porque, como resultará obvio, de la (discutible) ineficacia de la persecución puede deducirse también una propuesta despenalizadora.
En todo caso, me interesa destacar ante todo la estrecha vinculación de una propuesta como esta con la reaccionaria (y desacreditada) teoría de las "broken windows". Conviene estar alerta, están aproximándose: ¿cuánto falta para que alguien en el Partido Popular asuma una propuesta como esta y, con un poco de mala suerte, consiga introducir un nuevo marco cognitivo reaccionario para el debate político-criminal?
