Curiosamente (o no), en las discusiones -un tanto pueriles- sobre la docencia y la evaluación universitarias online, que se están produciendo estos días en los medios de comunicación españoles al hilo de la suspensión de clases por la epidemia (veáse, por ejemplo, aquí), se habla de muchas cosas: de brecha digital en profesorado y en algunas familias de estudiantes, de profesor@s que no han sabido, podido o querido responder a la situación como se supone que deberían, de posibilidades tecnológicas,... Todo ello, sin duda alguna, es importante. Pero lo es aún más, porque es lo esencial (el objetivo último de la actividad educativa), algo de lo que muy poco se está hablando, prácticamente nada: el aprendizaje.