Mi querido amigo y compañero Juan Antonio García Amado publicó ayer en su blog una entrada sobre el mismo tema del que yo también me he ocupado hoy, acerca de las propuestas de prohibir y de sancionar proferencias en público de enunciados que son considerados "inmorales", "indecentes", "incorrectos", etc.: se titula Técnicas para bloquear la autonomía moral de los ciudadanos, y versa esencialmente sobre las razones morales por las que resulta inconveniente que el Estado se entrometa en los actos comunicativos de l@s ciudadan@s.
Yo, que por supuesto comparto tanto su punto de partida como sus conclusiones, he creído hallar, sin embargo, algunas carencias en su argumentación. Por lo que le he dejado el comentario que reproduzco a continuación: