domingo, 16 de febrero de 2014
Nebraska (Alexander Payne, 2013)
No puede dejar de llamar la atención, nada más comenzar a ver esta obra, la -prominente- opción formal adoptada por Alexander Payne de filmar su película en blanco y negro. Y no en cualquier blanco y negro (no, por ejemplo, en un blanco y negro nítido, de apariencia eminentemente "digital", como el que, por ejemplo, caracterizaba a la también reciente Blancanieves -Pablo Berger, 2012), sino en uno cuya textura visual hace resaltar el grano grueso de la filmación.
Limpieza étnica en la República Centroafricana
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