La trilogía de Richard Linklater que se inició con Before sunrise ha tenido siempre unas reglas claras: guiones esencialmente dialogados, concebidos como herramientas para la improvisación interpretativa, diálogos con pretensión de trascendencia, y una puesta en imágenes neutra (plana), que no se interponga en la aparente "transparencia" de la narración dramatizada a través de los diálogos.