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lunes, 25 de marzo de 2013

Que pague el partido por el delito de sus dirigentes



Ignacio Urquizu: El camino hacia la igualdad



Joaquín Miras/ Joan Tafalla: Una vez más, la izquierda como problema

A mí me parece que el tono del artículo resulta en exceso "menchevique" (por aquello de la insistencia en que "las condiciones objetivas no están maduras para la revolución"), cuando está demostrado que la acción política resulta -como quería Machiavelli- un tanto más veleidosa, contingente. Pese a todo, un análisis muy interesante; y necesario, frente a tanto revolucionario de salón, amante de un wishful thinking banal:

http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/miras.pdf


Colombian Sugar Workers at Risk

Puedes firmar esta acción de solidaridad sindical aquí:



Remedios Ávila: El desafío del nihilismo


Parece evidente (y así ha sido destacado por las mentes más lúcidas): vivimos en una época que -por decir lo menos- es propensa el nihilismo. Por más que sochantres variopintos de diversas sectas y capillitas intenten ocultarlo y vendernos seguridad y "espiritualidad", y aunque el ruido atronador de la publicidad logre a veces aturdirnos y hacernos olvidar, al final, siempre volvemos, hoy en día, a recobrar a nuestra viejas compañeras: la angustia, el vértigo ante el vacío y el sinsentido. Siempre estuvieron ahí, por supuesto. Pero, a medida que nuestro conocimiento acerca de la realidad se ha ido afirmando, hemos venido a cerciorarnos de que, efectivamente, lo que hay es lo que hay: no hay más. No hay, pues, algo maravilloso (un dios, una vida después de la muerte, una transmigración de las almas,...) dispuesto a suplir nuestras carencias actuales.  Pero es que tampoco nuestra razón y nuestra humanidad parece que vayan a ser remedios convincentes para ello. Y, pues, hay entonces dolor, dudas (razonables y sentidas) sobre la propia identidad, sobre las razones para vivir y seguir viviendo, sobre qué debería ser perseguido en esta existencia, y qué no. Puesto que ni grandes relatos, ni dioses, ni esencias, ni teleologías ni la "razón natural" permiten asegurar cualquiera de estas cuestiones.