http://www.indret.com/pdf/601.pdf
En este artículo, Günther Jakobs intenta presentar una justificación (que se pretende moral... aunque, más bien, resulta ser puramente política) de las medidas de seguridad que -como la custodia de seguridad alemana, o nuestra recientemente introducida libertad vigilada- son complementarias a la pena. La pregunta, claro está, es: si el sujeto es culpable (puesto que puede ser penado), ¿cómo puede resultar legítimo coaccionarle mediante medidas (de seguridad) que le tratan como mera fuente de peligros (esto es, ya no como sujeto responsable, dado que su responsabilidad quedó saldada a través de la pena impuesta), en vez de confiar en su capacidad de vivir en libertad? ¿No es esto una instrumentalización ilegítima de la persona, tratada así como mero medio (para la seguridad de terceros)?