Desde que fue redescubierta, esta película (en su momento, una pequeña obra de serie B) ha sido siempre vista ante todo como un clásico del cine negro, en aquella vertiente del mismo que se dedica a presentar un ambiente social (la película es de 1949) eminentemente paranoico, manifestado en la violencia que atenaza a los dos protagonistas. En este caso, además, con una puesta en escena -tan propia de la buena serie B- seca y vigorosa.