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jueves, 15 de agosto de 2019

Contra la criminalización de los niños, niñas y adolescentes extranjeros dentro y fuera de los sistemas de protección en el Estado español


Contexto

En las últimas semanas los medios de comunicación han dado a conocer una serie de movilizaciones vecinales contra la existencia de centros de menores en determinadas barriadas o ciudades, justificando sus protestas en la peligrosidad de este grupo de menores. Así ha ocurrido en el barrio de la Macarena en Sevilla o en El Masnou en Barcelona. En el centro de protección de Hortaleza en Madrid aparecieron pancartas racistas de una organización ultraderechista, Hogar Social, con el siguiente texto:“¡Cuidado! (presuntamente) aquí habitan (presuntamente) MENAS (presuntamente) peligrosos”. Por otra parte, se están difundiendo bulos en las redes sociales sobre la autoría de graves hechos delictivos por parte de menores extranjeros no acompañados. Los medios de comunicación, con cierta frecuencia, resaltan en sus titulares aspectos negativos sobre estos chicos. 

Justificación del manifiesto 

Algunos de estos mensajes mediáticos, a través de imágenes y titulares, están contribuyendo a la creación de un estado de animadversión contra menores de edad extranjeros en desamparo. 

Las concentraciones de protestas y las reacciones contra estos menores muestran una visión desenfocada del problema. Se apunta de forma errónea a todos los menores extranjeros como conflictivos y peligrosos, en lugar de centrar la atención en la situación de peligro en la que se encuentran por falta de una estrategia nacional sobre la inmigración infantil y juvenil. 

Estos discursos y acciones incitan al racismo y al odio, distorsionan la complejidad de los procesos migratorios que viven estos chicos y chicas, alimentan falsas ideas y generan prejuicios que bloquean la convivencia e intentan romper la cohesión social. 

Desde el Observatorio Criminológico del Sistema Penal ante la Inmigración (OCSPI) promovemos este manifiesto, al que se han adherido profesores e investigadores especialistas de diferentes disciplinas de Universidades públicas y privadas de España.

En estos últimos 20 años, sin embargo, la presencia de niños, niñas, adolescentes y jóvenes menores de edad extranjeros ha significado una oportunidad para reformular la forma de gestionar la diversidad cultural en el ámbito de la infancia, así como para profundizar en el acompañamiento e intervención desde el trabajo interdisciplinar en red. 

La movilidad infantil y juvenil en este mundo globalizado no es un problema, sino una ventana de oportunidad para pensar y evaluar la calidad del estado de derecho en nuestras sociedades democráticas. 

Manifiesto 

Desde el ámbito académico queremos pronunciarnos contra la criminalización de estos chicos y chicas y exigimos una reacción pronta por parte de las Administraciones locales, autonómicas y estatales concernidas para que sus derechos fundamentales sean siempre respetados. 

Los menores -niños, niñas y adolescentes- extranjeros no acompañados no son peligrosos, están en situación de peligro. Y toda la sociedad en su conjunto debe contribuir a su protección. 

Un estructurado análisis de esta realidad apunta a que la única dirección en la intervención con estos menores es el escrupuloso respeto a la normativa y sentencias nacionales e internacionales que abogan por la excelencia en la atención, cuidado y trato de la infancia más desfavorecida. 

Hay que llamar la atención sobre la necesidad de una reflexión de alto nivel para poner en marcha un plan nacional sobre la inmigración infantil y juvenil que atienda las necesidades de esos adolescentes y jóvenes desde un punto de vista holístico. Solo desde una política pública general e integrada será posible evitar el fortalecimiento de incipientes grupos populistas que alimentan el odio y la división social. 

Animamos a reaccionar contra las posturas que tratan de mostrarnos a estos adolescentes como un foco de problemas, y a apostar por la oportunidad que supone arropar a esta infancia desamparada. Es de sobra conocido por la comunidad académica que estrategias educativas que procuran bienestar a los niños, niñas y adolescentes y su desarrollo integral desde una perspectiva de cuidado, afecto, protección y seguridad personal, de no violencia y de establecimiento de límites pactados, contribuyen a un proceso de maduración con el que se consiguen grandes logros conductuales, académicos y relacionales. De esta manera se reduce el riesgo de que caigan en la delincuencia y se incrementa la posibilidad de que aporten a nuestra sociedad como parte de una ciudadanía responsable e integrada. 

Propuesta 

Por eso, proponemos a todos los agentes involucrados en la protección de la infancia, a los medios de comunicación y a la sociedad en su conjunto que actúen y hablen bajo las tres siguientes premisas indiscutibles: 

1. Son niños, niñas y adolescentes. La procedencia es irrelevante de cara a su protección. 

2. No son peligrosos. Están solos y en clara situación de peligro. 

3. Como sociedad es nuestra obligación proteger a estos menores de la situación de riesgo en la que a veces se encuentran. No hay ninguna necesidad de protegernos de ellos. 

Además, ante la corriente populista creciente que etiqueta a los niños, niñas y adolescentes extranjeros no acompañados como delincuentes resulta necesario solicitar: 

1. Que el Gobierno del Estado inicie una reflexión para diseñar y poner en marcha un Plan Nacional sobre inmigración infantil y juvenil. Entre los temas que urgen tratar, apuntamos a la necesidad de que se eliminen las barreras de inclusión de estos menores extranjeros en el sistema educativo, se eviten las macro instituciones, que con frecuencia están hacinadas, se promocione su inserción laboral, y se les apoye en su transición a la vida adulta. En dicha reflexión hay que abandonar la estrategia de seguridad y de control fronterizo de las políticas migratorias que generan que la titularidad de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes sea constantemente puesta en duda por su doble condición de menores y extranjeros. 

2. Que el Ministerio Fiscal vele por hacer prevalecer la protección de la infancia, haciendo cumplir la normativa y las sentencias de los tribunales nacionales e internacionales que ordenan la defensa y tutela de los derechos fundamentales de estas los niños, niñas y adolescentes menores de edad, asumiendo con firmeza las directrices del Comité de los Derechos del Niño

3. Que los medios de comunicación dejen de construir una imagen de los niños, niñas y adolescentes extranjeros como sujetos sociales criminalizados. Les recordamos a los medios de comunicación la responsabilidad que tienen con la sociedad y les pedimos que no alimenten discursos estereotipados y racistas. En ese sentido, los invitamos a profundizar, desde una perspectiva de derechos, en las causas estructurales de estas migraciones y les pedimos que resalten historias de superación y éxito de la inmensa mayoría de estos chicos y chicas, así como que eviten el uso del acrónimo MENA por haber adquirido una connotación peyorativa.

(Para ver la relación de firmantes, pinche aquí)


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