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domingo, 17 de febrero de 2019

Transit (Christian Petzold, 2018)


Transit extrae todo su interés estético del peculiar ejercicio de transtextualidad a partir del que está construida su narración. Se trata, en efecto, de narrar una convencional historia de refugiados: basada en una novela de la exiliada alemana Anna Seghers de tiempos del nazismo, que contaba experiencias autobiográficas de su autora,  la trama de la película relata las inquietudes, ansiedades y ambivalentes relaciones de un grupo de refugiados (alemanes, huidos del nazismo) en una Marseille a punto de ser ocupada, a la espera de poder huir hacia América.

La historia es narrada, al tiempo que es representada en pantalla, por una voz en over, en tercera persona, que resalta, pero también cuestiona, su literariedad: puesto que, en definitiva, la historia narrada evoca decenas de otras historias semejantes, narradas y representadas una y otra vez en la literatura y en el cine del último medio siglo, de manera que resultaría difícil reconocer qué es real y qué es (re-)construido en la narración.

Y, sin embargo, todo este artificio narrativo (referido a la historia narrada y a sus vínculos transtextuales) se ve enriquecido, y revolucionado, por la decisión principal de puesta en forma audiovisual que Christian Petzold adopta: representar visualmente la historia mediante personajes y ambientes caracterizados de forma contemporánea, actual. Así. contemplamos rostros de personajes en los que los refugiados alemanes visiblemente tienen rasgos de personas magrebíes, o afganas, o... Y, asimismo, la Marseille que contemplamos y en la que transcurre la historia es la actual: una ciudad multicultural, pero en la que el Estado "ocupante" (el Estado francés contemporáneo) y sus fuerzas de seguridad se dedican a razzias, redadas y represión de los extranjeros (refugiados) con el mismo estilo y el mismo entusiasmo racista que poseían sus antecesores nazis.. Una ciudad en la que, además, la población local mantiene su distancia respecto de la represión de los perseguidos, o directamente colabora con los represores.

Por supuesto, es aquí donde estriba el sentido retórico de una decisión estilística tan peculiar: revivir una vieja historia de refugiad@s perseguid@s, actualizándola, mostrando su relevancia actual. Mostrando cómo la represión racista contemporánea no está tan lejos de aquello que, en el imaginario colectivo, ha quedado fijado como el paradigma del horror totalitario.

Se trata, en suma, de una técnica, característicamente brechtiana, para provocar el distanciamiento crítico del/la espectador(a) respecto de la historia narrada: para obligarle a observarla con una mente alerta (alerta ante los evidentes paralelismos históricos), adquiriendo así una nueva conciencia acerca de la naturaleza de la realidad (sociopolítica, del racismo y de la gestión represiva del fenómeno del refugio). Algo que, me parece, la película consigue plenamente.

A pesar de ello, sin embargo, la forma que adopta este distanciamiento en la narración (a través del manejo de la transtextualidad) no nos aleja de la posibilidad de proceder a identificarnos, en tanto que espectador@s, con las vivencias y emociones de los personajes protagonistas. Pues el director se encarga, a través de la forma que adopta la composición de los planos (de muchos de ellos, cuando menos), de mantener viva en nuestra memoria esa sensación de aislamiento y de abandono, de marginación y de persecución, que toda persona refugiada ha de sufrir. Podemos, así, ver representadas dichas sensaciones de una manera lo suficientemente verosímil para que lleguen a impresionarnos. Para lograrlo, basta como digo con la elección de una perspectiva muy determinada a la hora de componer un plano: un actor que se gira, con mirada huidiza y atemorizada, una cámara que le enfoca desde detrás, a una distancia bastante para convertirle (simbólicamente, cuando menos) en objeto de caza...

De este modo, una historia convencional, mil veces vista, adquiere una funcionalidad diferente: obtiene relevancia (estética y política: en tanto que generadora de conocimiento, de nuevas maneras de aproximarse a la realidad).




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