jueves, 2 de febrero de 2017
The young Pope (Paolo Sorrentino, 2016)
Intentémoslo por un solo instante, hagamos un esfuerzo -ímprobo- de imaginación: intentemos imaginar que la iglesia católica fuese algo más que una estructura de poder (ideológico). Imaginemos que quienes llegan a liderarla fuesen unos líderes políticamente inocentes, incapaces y poco dispuestos para los juegos de poder de las élites (a los que, de hecho, se dedican de forma habitual todos los líderes religiosos). Que, por el contrario, se tratase de individuos que, sin caerse del guindo, estuviesen animados por una verdadera fe en aquellas creencias y reglas morales que predican, dispuestos a hacerlas valer a toda costa, dentro y fuera de la iglesia. ¿Qué es lo que ocurriría entonces, con ellos y con la iglesia misma?