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viernes, 30 de junio de 2017

Peter Watkins: La crisis de los medios


En La crisis de los medios (Pepitas de Calabaza, 2017) Peter Watkins elabora conceptualmente una denuncia radical de los modos de representación audiovisual propios de la abrumadora mayoría de las obras cinematográficas y televisivas contemporáneas: tanto da que se trate de un documental televisivo que de "cine de autor", de "cine comercial" que de espacios informativos, Watkins señala certeramente que las formas de representación adoptadas son esencialmente idénticas. Lo son, cuando menos, por lo que hace a la manera en la que la realidad que supuestamente se pretende representar es seleccionada y manipulada, para dar a luz a obras que transmiten -quiéranlo o no- discursos hegemónicos. Y que, sobre todo, impiden que cualquier crítica (cualquier diálogo, en realidad) en torno a los modos de la representación aflore.

No es vana paradoja, en efecto, la de que los medios audiovisuales hayan logrado que hasta la crítica política más radical se exprese en ellos a través de formas convencionales, perfectamente controladas, y ajustadas a paradigmas ideológicos y estéticos hegemónicos. De manera que, debido a ello, la crítica contenida en la representación queda así desactivada, reducida a pura retórica impotente.

Frente a esa "monoforma" -dominada y acrítica- a la que se refiere Watkins, su propuesta alternativa es la de una estética de la representación crítica, dialogal: en la que las propias formas de representación hagan posible la puesta en cuestión de los discursos y presupuestos (ideológicos y estéticos) subyacentes, tanto por parte de l@s creador@s como por parte de l@s destinatari@s de las mismas, el público. Pues, como Watkins apunta, la responsabilidad por el triunfo de la "monoforma", del discurso estético hegemónico, están repartidas: por supuesto, tiene que ver con los intereses comerciales de las grandes corporaciones de la industria cultural y con los intereses políticos de estados y grupos de poder; pero también con la desidia de l@s profesionales del audiovisual contemporáneo y con la pereza intelectual del público.

Lástima es -desde mi punto de vista- que la lucidez del análisis y de las proclamas teóricas contenidas en el libro que comento no vayan luego acompañadas por algo que se echa particularmente de menos, de parte de cineasta y crítico tan insigne como Peter Watkins: de una parte, la elaboración teórica de las herramientas de análisis (semiótico) crítico que permitirían destapar la opacidad de las formas audiovisuales de la "monoforma"; y, de otra, la presentación (no como un pura declaración de intenciones, sino de un modo más articulado) de los recursos estilísticos necesarios (en la elaboración argumental, en el desarrollo dramático, en la representación audiovisual, etc.) para producir obras audiovisuales auténticamente críticas desde un punto de vista estético.

La lectura del libro, entonces, aunque apasionante por la inmensidad de los espacios (espacios alternativos de creación artística audiovisual) que evoca, sin embargo, se queda, en este sentido, corto. (Habrá que conformarse, pues, de momento con disfrutar en la práctica con esos magníficos ejercicios de audiovisual alternativo que son, precisamente, las películas que el propio Peter Watkins ha dirigido, e intentar atisbar en ellas ese "manual de crítica estilística" que el autor se ha negado a construir en este libro...)


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