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domingo, 20 de diciembre de 2015

El crimen machista no tiene pensión de orfandad



La migración y la alerta terrorista fuerzan las costuras de Schengen



123 peticiones diarias de órdenes de protección por violencia de género



El clan (Pablo Trapero, 2015)


En El clan, Pablo Trapero adopta tres decisiones (una de índole dramático y dos de índole formal) que vertebran de manera radical el planteamiento de esta película sobre la traumática salida de la dictadura argentina, los huecos oscuros en los que se albergó a buena parte de los cómplices de la represión, su impunidad y su devenir posterior, etc. La primera de dichas decisiones consiste en concentrar las escenas de la narración en la vida familiar del líder de la banda de secuestradores y en la manera en la que esa familia normal, pero con ocupaciones que distan de serlo, maniobra para preservar (o fingir que preserva) su normalidad. Es decir, el director opta abiertamente por orillar en buena medida las estructuras sociopolíticas de la represión y de la impunidad /(que en la película aparecen únicamente como contexto, al fondo de la trama), para concentrar su atención más bien en la corrupción moral que necesariamente conlleva implicarse en dicha actividad: una corrupción que se pone de manifiesto mediante el hábil recurso de insertarla en el marco de esa institución aparentemente tan respetable y moral que es la familia nuclear contemporánea.

Sobre la tolerancia


"La tolerancia consiste en una firme decisión de permitir que insulten todo lo que pretendemos querer y respetar, siempre que no amenacen nuestras comodidades materiales.

El hombre moderno, liberal, demócrata, progresista, siempre que no le pisen los callos, tolera que le empuerquen el alma."

Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito 2