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viernes, 20 de diciembre de 2013

Gallardón consuma la vuelta atrás



El inglés, nuevo latín de la universidad europea



La jaula de oro (Diego Quemada-Díez, 2013)


El otro día indicaba cómo el cine no ha sido capaz todavía de representar adecuadamente el fenómeno de la esclavitud. Y bien, si algo puede asemejarse, en el cine actual, a tal representación, de las vidas reales de l@s esclav@s, así como de las estructuras e interacciones en las estos que se ven involucrad@s, es el cine sobre los fenómenos de inmigración clandestina. Porque en muchas de esas películas (en las mejores de entre ellas) podemos ver a seres humanos reales -tanto explotador@s como explotad@s- interactuando, dentro de estructuras de dominación, y reaccionando como seres humanos normales, no como fantoches (sean fantoches sádicos o fantoches víctimas).

La pesadilla continúa en Gaza, ¿sabes por qué?: Impunidad

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