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miércoles, 29 de mayo de 2013

"No hay forma de 'desensacionalizar' el crimen"



La violencia machista sobrevive en las parejas más jóvenes



'Killer robots' pose threat to peace and should be banned, UN warned



Nuevas drogas para burlar la ley



Un congreso para liberar al mundo de la pena de muerte



Gallardón contenta a EEUU al endurecer las penas a los 'piratas'



Stop the execution of Abdullah Al Qahtani in Iraq

Puedes firmar esta acción de Amnistía Internacional aquí:



Quintín Racionero: La palabra persuasiva. Centros de interés de la retórica de Aristóteles


Interesante artículo (publicado en el nº 29 -2006- de Doxa), en el que se hace una presentación global de la obra Retórica, de Aristóteles, tanto en sus aspectos filológicos como en los de contenido:


Desde el punto de vista de la teoría moral y política (y jurídica), lo más relevante del trabajo -y por lo que lo traigo aquí a colación- es su última parte, aquella en la que Racionero intenta hacer una propuesta para conectar de forma plausible la diversidad de contenidos de la obra aristotélica comentada: de una parte, elementos relativos a las meras técnicas de comunicación verbal; y, de otra, consideraciones referidas a las formas de la racionalidad práctica.

Perspectivas (escasas) de una revolución política en España (2): la posibilidad de un triunfo electoral



3. Perspectivas electorales: la organización, el programa

Si todo lo anterior es cierto, es decir, si -más allá del ilusorios voluntarismos- no parece esperable que (si no cambian bastante las circunstancias) la revolución vaya a producirse a través de la desobediencia, entonces resta por explorar la vía electoral. (O resignarse, y seguir protestando en las calles sin más, a sabiendas de nuestra impotencia.)

En este sentido, es sabido que ahora mismo, a la espera del ciclo de convocatorias electorales que se inicia en 2014 y continúa hasta 2016, se están produciendo toda suerte de especulaciones, reflexiones y movimientos, para intentar concretar opciones electorales que puedan proporcionar un canal de representación institucional a los movimientos sociales de descontento y protesta. Ello es lógico. Me parece, sin embargo, que las discusiones actuales se hallan excesivamente enredadas en cuestiones organizativas (¿una candidatura única, una plataforma,...?), que resultan importantes, pero no esenciales, y en debates acerca de la identidad (¿quién es "verdaderamente" izquierdista, lo suficientemente "puro", "auténticamente" 15-M?), básicamente inanes.