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lunes, 10 de septiembre de 2012

Campaña de desobediencia en las universidades públicas

Se puede obtener información sobre las acciones que se están preparando aquí:


El marfil, la nueva droga de las redes de tráfico



Alicia Moreno Pérez/ Patricia Goicoechea García/ Lydia Vicente Márquez: Análisis de la sentencia del TEDH en el Asunto Del Río Prada c. España



Carlos Fernández Liria: Gente anti Bolonia



La izquierda magufa y los escépticos de derechas



Zimbabwe: State-owned utility tries to break union

Puedes firmar esta acción de solidaridad sindical aquí:



Gambia: La cuenta atrás letal ha comenzado para 38 personas condenadas a muerte

Puedes firmar esta acción de Amnistía Internacional aquí:



"Night has a thousand eyes", de John Farrow


Tan sólo unas líneas, para presentar y recomendar esta interesante (bien que mediana) película, a caballo entre los géneros criminal y fantástico propios de la década de los cuarenta.

Y es que, precisamente, el argumento versa acerca del enfrentamiento entre racionalidad e irracionalidad en el enjuiciamiento y en el control de las vidas humanas: ¿son nuestras existencias dominadas principalmente por las propias acciones humanas, o más bien por fuerzas que no podemos controlar, acaso únicamente -a lo sumo- prever? La película persigue, con el fin de sostener el suspense, preservar la ambivalencia en la respuesta, manteniendo para ello el referido tono ambiguo desde el punto de vista genérico y estilístico. Ayuda, y mucho, desde luego la impresionante interpretación de Edward G. Robinson, en el papel central del atribulado adivino que ve, una y otra vez, confirmarse en la realidad las siniestras profecías que le son reveladas.