Desde siempre, mis preferencias estéticas han estado (cuando menos, en las artes narrativas) en contra de la estilística del manierismo: formas de narrar que anteponen a cualquier otra consideración -y, a veces, dan exclusividad a- la belleza formal (un cierto estilo de belleza) de las imágenes mostradas. Así, me he confesado incapaz de apreciar obras como las de Béla Tarr. No, no se trata de abominar de la formalización: antes al contrario, creo profundamente que tal tarea es, precisamente, la que le atañe al arte, que ni es ni debe pretenderlo un sermón o un libro de ciencias sociales. Pero la cuestión es, en todo caso, el equilibrio: una forma justa para un contenido relevante, tal es el ideal. (De este modo, directores tan formalistas como Andrei Tarkovsky o Ingmar Bergman se cuentan entre mis preferidos: precisamente, porque su puesta en imágenes, alambicada en extremo, posee un sentido -dramático, narrativo, temático- propio.)
jueves, 19 de abril de 2012
"Alpeis", de Yorgos Lanthimos
Desde siempre, mis preferencias estéticas han estado (cuando menos, en las artes narrativas) en contra de la estilística del manierismo: formas de narrar que anteponen a cualquier otra consideración -y, a veces, dan exclusividad a- la belleza formal (un cierto estilo de belleza) de las imágenes mostradas. Así, me he confesado incapaz de apreciar obras como las de Béla Tarr. No, no se trata de abominar de la formalización: antes al contrario, creo profundamente que tal tarea es, precisamente, la que le atañe al arte, que ni es ni debe pretenderlo un sermón o un libro de ciencias sociales. Pero la cuestión es, en todo caso, el equilibrio: una forma justa para un contenido relevante, tal es el ideal. (De este modo, directores tan formalistas como Andrei Tarkovsky o Ingmar Bergman se cuentan entre mis preferidos: precisamente, porque su puesta en imágenes, alambicada en extremo, posee un sentido -dramático, narrativo, temático- propio.)
Fernando Guanarteme Sánchez Lázaro: Sobre la irracionalidad de las intuiciones punitivas. Hacia unos mayores márgenes de racionalidad decisoria
En este artículo (publicado en el nº 7841 -19 de abril de 2011- de la revista La Ley) se examinan los sesgos en los razonamientos interpretativos de la jurisprudencia. Sesgos (derivados de creencias y de emociones netamente irracionales) que conducen a decisiones insuficientemente motivadas, y muchas veces, además, injustas.
Temas:
derecho penal,
libros,
teoría del derecho,
una reflexión