domingo, 11 de marzo de 2012
Leonardo Sciascia: L'affaire Moro
El caso del secuestro y posterior ejecución de Aldo Moro, en 1978, sigue constituyendo un ejemplo paradigmático de las perversiones a las que da lugar, inevitablemente, la mezcolanza de política y aplicación del Derecho que es habitual en las políticas antiterroristas.
En efecto, hoy sabemos ya que, cuando menos, Aldo Moro resultaba ser ya un individuo problemático a los ojos de los Estados Unidos, por su apertura a negociar la entrada del Partido Comunista Italiano en el gobierno. Que las Brigate Rosse actuaron, en el mejor de los casos, con un elevado nivel de confusión política. Y que el gobierno italiano y la Democracia Cristiana, impulsados por los Estados Unidos, en ningún momento pensaron seriamente en salvar la vida de Aldo Moro a través de la negociación, sino que siempre dieron por supuesto que su muerte era preferible.
En efecto, hoy sabemos ya que, cuando menos, Aldo Moro resultaba ser ya un individuo problemático a los ojos de los Estados Unidos, por su apertura a negociar la entrada del Partido Comunista Italiano en el gobierno. Que las Brigate Rosse actuaron, en el mejor de los casos, con un elevado nivel de confusión política. Y que el gobierno italiano y la Democracia Cristiana, impulsados por los Estados Unidos, en ningún momento pensaron seriamente en salvar la vida de Aldo Moro a través de la negociación, sino que siempre dieron por supuesto que su muerte era preferible.